Muchos aún no lo han notado, pero el tema obligado para los interesados en el vínculo entre los negocios y el desarrollo es la inversión de impacto. Pero, ¿en qué consiste?
También se le llama inversión social rentable o impact investing, aunque, al igual que en muchos sectores poco consolidados, hay muchas más formas de nombrar a lo mismo.
En términos generales, consiste en colocar capital de forma activa en empresas y fondos que generan beneficios sociales o ambientales y además son rentables para el inversionista.
La inversión de impacto agrupa a aquellas operaciones financieras realizadas por fondos de inversión que colocan grandes montos en proyectos rentables con impacto social o ambiental positivo, es decir, empresas sociales.
De esta forma, se apoyan a proyectos con o sin fines de lucro y alto impacto, con volumen de transacciones millonarias y a tasas de interés o condiciones de inversión favorables para los emprendedores.
De acuerdo con la red ANDE (Aspen Network for Development Entrepreneurs ) existen ya casi 200 fondos dedicados a promover el crecimiento de pequeñas y medianas empresas naciendo en todo el mundo.
El mundo de la inversión de impacto ya está preparado para salir de su fase inicial caracterizada por la innovación y la falta de coordinación. Sin duda, en los siguientes meses observaremos la construcción de un mercado más especializado y en proceso de madurez.
Ahora la gran pregunta es si los recursos que serán suficientes para crear un mercado coherente que genere impacto entre los emprendedores sociales, los grupos vulnerables y el medio ambiente.
También se le llama inversión social rentable o impact investing, aunque, al igual que en muchos sectores poco consolidados, hay muchas más formas de nombrar a lo mismo.
En términos generales, consiste en colocar capital de forma activa en empresas y fondos que generan beneficios sociales o ambientales y además son rentables para el inversionista.
La inversión de impacto agrupa a aquellas operaciones financieras realizadas por fondos de inversión que colocan grandes montos en proyectos rentables con impacto social o ambiental positivo, es decir, empresas sociales.
De esta forma, se apoyan a proyectos con o sin fines de lucro y alto impacto, con volumen de transacciones millonarias y a tasas de interés o condiciones de inversión favorables para los emprendedores.
De acuerdo con la red ANDE (Aspen Network for Development Entrepreneurs ) existen ya casi 200 fondos dedicados a promover el crecimiento de pequeñas y medianas empresas naciendo en todo el mundo.
El mundo de la inversión de impacto ya está preparado para salir de su fase inicial caracterizada por la innovación y la falta de coordinación. Sin duda, en los siguientes meses observaremos la construcción de un mercado más especializado y en proceso de madurez.
Ahora la gran pregunta es si los recursos que serán suficientes para crear un mercado coherente que genere impacto entre los emprendedores sociales, los grupos vulnerables y el medio ambiente.
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