27.7.10

Ocho formas de invertir 10 mil millones de dólares

En el World Economic Forum de este año, Bill Gates, el presidente de Microsoft Corp., anunció que destinaría 10 mil millones de dólares durante la próxima década para ayudar a desarrollar vacunas y distribuirlas entre los niños que viven en países en desarrollo.

Sin duda, se trata de una enorme cantidad de dinero destinada a una buena causa, sin embargo, siempre queda la pregunta: ¿se podría invertir ese dinero de una forma aún más sabia?

Ahora más que nunca, es posible responder esa pregunta ya que una nueva generación de filántropos, de los cuales Gates forma parte, ha surgido del mundo de los negocios y las finanzas. Como consecuencia, consideran a los donativos una inversión en la cual es importante maximizar el impacto social o ambiental y no el retorno económico.

A la vanguardia de este movimiento están los inversionistas de impacto, los emprendedores sociales y los “filantrocapitalistas” (un término horroroso, pero se usa, ni modo). Ellos argumentan que la mejor manera de resolver los enormes retos que enfrenta el mundo es aprovechar las prácticas comerciales y las fuerzas del mercado. Ya no hay duda que dar más no representa dar mejor, por ello, los expertos en inversión social consideran que genera más impacto invertir en las raíces de las grandes problemáticas que simplemente en sus consecuencias.

Como es evidente, los razonamientos anteriores han generado una tremenda innovación y creatividad en el sector social. Con esta inspiración, el Wall Street Journal Europe preguntó a filántropos prominentes y expertos en inversión de impacto cómo gastarían 10,000 millones de dólares. He aquí sus respuestas:

- Percy Barnevik, ex director ejecutivo de ABB y presidente de Hand in Hand International: estimular la creación de empleo en los países en desarrollo.

Mil millones de personas en el mundo sobreviven con menos de un dólar al día. Muchos de ellos viven en la pobreza porque no tienen trabajo, por ello, Percy considera que la única manera de eliminar la pobreza extrema a un costo razonable y dentro de un plazo realista brindar a esos "mil millones" los medios para desatar su espíritu emprendedor.

La investigación sugiere que, en promedio, cuesta 200 dólares crear un solo empleo en una nación en desarrollo. Por lo tanto, para erradicar la pobreza extrema entre los "mil millones" se requieren al menos 250 millones de empleos productivos nuevos, lo que costaría 50,000 millones de dólares en total o 5,000 millones de dólares al año durante 10 años. Esto representa menos del 5% de los 110 millones de dólares que se gastan actualmente cada año en ayuda.

El razonamiento es el siguiente: da a una persona pobre 200 dólares y puede gastarlos en comida o ropa. Invierta esa misma cantidad en capacitación y entrenamiento y ellos podrían ser capaces de ganar 2,000 dólares al año, año tras año.


- Ronald Cohen, fundador de la firma de capital privado Apax Partners y miembro del consejo de varias iniciativas sociales de financiación, tales como Bridges Ventures and Social Finance: crear bancos de inversión social.

De acuerdo con Ronald, los 10,000 millones dólares se deben utilizar para fomentar un sector de inversión social poderosa y efectiva en todo el mundo.

Esto es impulsar el espíritu empresarial social, ya que es una fuerza tremenda para hacer frente a nuevos retos sociales. Este tipo de organizaciones necesitan capital proveniente de los bancos de inversión social ya que pueden ofrecer una combinación de rentabilidad económica y social.

Una clara lección de la reciente crisis es que las fuerzas del mercado no se ocupan de sus consecuencias sociales. Esto es cierto tanto en los países desarrollados como en economías en desarrollo. Esto, ha llevado a un creciente número de empresarios y empresas a dedicar su tiempo y recursos a las organizaciones centradas en la consecución de objetivos sociales.

Una de estas organizaciones es Social Finance, un banco de inversión social con sede en Londres. La institución se enfoca en atraer inversionistas individuales e institucionales que quieren abordar las cuestiones sociales y también recibir un rendimiento financiero de su inversión.


- Mo Ibrahim, empresario de la comunicación móvil y fundador de Ibrahim Foundation: establecer una oficina de estadísticas en África.

Las necesidades de África y su potencial son muy amplios, mientras que los medios son escasos. Este panorama exige un alto grado de eficiencia que depende de la capacidad para definir objetivos y medirlos con el fin de evaluar los resultados.

Sin embargo, esto no sucede en la práctica. La falta de estadísticas completas y fiables inhibe la participación de los stakeholders. Por ello, Mo Ibrahim usaría los 10,000 millones para financiar el desarrollo de las oficinas de estadísticas nacionales o regionales.

Una mejor información estadística optimizaría la formulación de políticas públicas y las intervenciones de los donantes. Los datos les permitirán identificar las necesidades, para hacer un mejor uso de los recursos existentes y evaluar sus resultados.

Además, los ciudadanos serían capaces de ver qué acciones son exitosas y cuáles no. Ello permitirá ejercer presión sobre los gobernantes y prevenir las declaraciones falsas. Así, se generaría un círculo virtuoso para optimizar todos los recursos que fluye hacia el continente, ya sea a través de la ayuda o la inversión.


- Nic Frances, autor de "The End of Charity" y fundador de Cool nrg: desarrollar sanitarios que capturen carbono.

Nic está convencido de que la caridad por sí sola no puede proporcionar la solución a los problemas más grandes de la humanidad. Él considera que tenemos dos opciones: jugar con el 1% del PIB a través de donaciones de caridad y la ayuda internacional o podemos aprovechar la economía de mercado para abordar adecuadamente la pobreza y la sustentabilidad del medio ambiente.

Por ejemplo, existe la tecnología que permite construir retretes que capturen el metano y lo empleen como combustible para cocinar. En teoría, estos sanitarios pueden ganar bonos de carbono dos veces: una vez al captar el metano y otra vez al proporcionar un combustible sustentable.

Por supuesto, la viabilidad de este tipo de iniciativas depende del precio del carbono. Pero si se está de acuerdo con la justificación del cambio climático antropogénico (causado por la actividad humana), es lógico esperar un aumento en el precio del carbono en los próximos años.

- Tido von Schoen-Angerer, director de la Campaña de Médicos Sin Fronteras para el Acceso a Medicamentos Esenciales: establecer un fondo de premios para estimular la investigación médica.

La escaza innovación médica para las enfermedades de la Base de la Pirámide (BoP por su sigla en inglés) es escandalosa. Por ejemplo, las herramientas para diagnosticar y tratar la tuberculosis son inadecuadas, con crecientes niveles de resistencia a los tratamientos existentes.

Por ello, generar un mecanismo que incentive que los grandes laboratorios y centros de investigación busquen soluciones para mejorar la salud de las personas que viven en pobreza, generaría posibilidades infinitas.

La falta de acceso a los medicamentos es uno de nuestros grandes retos. Hoy, 10 millones de personas necesitan tratamiento contra el VIH. Asimismo, el fondo se aseguraría de que el dinero esté vinculado con los esfuerzos para obtener a medicamentos asequibles, ya sea a través de mecanismos novedosos como un consorcio de patentes u otras herramientas que estimulan la competencia y bajan los precios.

- Judith Rodin, presidente de la Rockefeller Foundation: descubrir la "próxima gran cosa" (the "next big thing")

“¿Cómo voy a regalar 10,000 millones dólares? Yo no lo haría. Quiero invertir en innovaciones que tienen el potencial de movilizar miles de millones más. Piensa en el ámbito de aplicación de los desafíos del mundo: 10,000 millones dólares no podrían comenzar a abordar una de estas crisis.”, dijo Judith.

Muchos sectores aún trabajan con modelos antiguos de desarrollo. La infraestructura deficiente, la mala gobernanza, el comercio desigual y las prácticas de subvención hacen cada vez más difícil implementar buenas y brillantes ideas.

Así, Judith usaría los 10,000 millones de dólares en cuatro áreas: en primer lugar, en integrar gente talentosa y tecnología adecuada a los grupos encargados del desarrollo para que los ciclos de crecimiento continúen. En segundo lugar, en la creación de políticas públicas que brinden mayor acceso a las oportunidades. En tercer lugar, invertiría en asociaciones y redes que conectan a las entidades para asegurar que las innovaciones locales exitosas sean más ampliamente replicadas. En cuarto lugar, en encontrar nuevas maneras de movilizar los mercados e instituciones financieras que permiten que el capital privado complemente los recursos tradicionales empleados para promover el desarrollo.

- Stanley Fink, ex director ejecutivo del Man Group y presidente de los fideicomisarios de la organización Absolute Return for Kids: establecer escuelas en las zonas más pobres del mundo.

Una buena educación es la herramienta más eficaz para elevar el bienestar de todos los miembros de la sociedad.

Incluso con decenas de miles de millones de dólares, la tarea de hacer frente a la desventaja que sufren los niños en todo el mundo es inmensa y urgente. Para hacer que su gasto sea efectivo y sus logros sean perdurables se necesita construir capacidades. No obstante, para que los programas de educación sean sustentables se requiere no sólo inversión sino la voluntad política y compromiso.

El fracaso escolar de miles de niños, incluso en países desarrollados como el Reino Unido, es vergonzoso. Y su posibilidad de llegar a la universidad o la construcción de una carrera satisfactoria es lastimosamente baja.

De esta forma, esos niños perpetúan una herencia de varias generaciones de privación. Las buenas escuelas realmente pueden hacer la diferencia y lograr que la educación de calidad rompa ciclos que se han repetido de generación en generación.

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