Diré una aparente locura: casi todos los grandes problemas de la humanidad han sido resueltos por alguien, en alguna parte. Lo frustrante es nuestra incapacidad para reproducir esas soluciones.
Y aunque también es importante apoyar las ideas innovadoras que pueden transformar el mundo, quizá deberíamos dedicar más esfuerzos a encontrar qué está funcionando en otros lugares, aprender de ello y adaptarlo a nuestra localidad.
Por ejemplo, qué están haciendo en otros sitios contra la desnutrición infantil, contra el desempleo, para mejorar la calidad de vida en las grandes urbes, etc. La meta sería reproducir, por ejemplo, los resultados de un exitoso programa de desarrollo social, pero no el programa al pie de la letra. No se trata de clonar organizaciones exitosas, sino de analizar de las mejores prácticas y adaptar ese conocimiento al contexto y a la cultura local.
De eso se trata uno de los conceptos que puede revolucionar la labor de las organizaciones sin fines de lucro en el mundo: la franquicia social.
Desde la década de 1920, la franquicia se ha convertido en una de las formas de organización dominante de nuestro tiempo. Hoy, 50% de las ventas minoristas en Estados Unidos se realizan en franquicias.
Si bien existen grandes diferencias entre los sectores con fines de lucro y sin fines de lucro, lo que limita la analogía, la franquicia ofrece algunas ventajas para las empresas sociales que luchan por crecer.
Quizá la mayor aportación es el valor de un programa probado. Aprovechar la experiencia y el conocimiento ya desarrollado aumenta la velocidad de ejecución y las posibilidades de obtener los resultados deseados. Sencillamente, la replicación puede reducir el riesgo de fracaso.
La adopción de un modelo reconocido también puede hacer que sea más fácil atraer recursos, ya que los posibles donantes quieren estar seguros de que los recursos tendrán un alto impacto.
Por último, en virtud de ser parte de un sistema más amplio, los programas locales pueden obtener acceso a recursos y conocimientos en áreas como la recaudación de fondos, recursos humanos, y los servicios jurídicos que pueden resultar onerosos para una sola unidad. También serán capaces de aprovechar las ideas y los conocimientos generados por otros sitios.
Una de las franquicias sociales más innovadoras en México es Daunis. Si quieren conocer más, visiten su sitio: www.daunis.org.mx
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