“El viaje de descubrimiento no radica en la búsqueda de nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos” Marcel Proust
Ya son tres las semanas que tengo el placer de compartir con personas de 20 países diferentes: Australia, Brasil, Canadá, China, Egipto, Francia, Alemania, Gran Bretaña, India, Israel, Italia, Japón, Polonia, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Ucrania, Estados Unidos y, desde luego, Finlandia.
Y si hay algo que confirmo día a día es que tendemos a ver el mundo sólo desde el prisma de nuestra cultura y cuando nos enfrentamos a visiones diferentes a la nuestra hay dos opciones: imponer o comprender.
El mejor ejemplo es lo que me sucedió en mi primera visita a un restaurante en Finlandia: al levantarme de la mesa dejé una propina para el mesero (como lo haría en México), de inmediato, se me advirtió que no era correcto dejar propinas ya que en Finlandia ésto se considera como una ofensa.
De esta forma, con una experiencia tan sencilla, recordé que una de las formas más simples, y a veces más olvidadas, con las cuales podemos aportar nuestro grano de arena es comprender y respetar otras culturas. Y para hacerlo, ni siquiera debemos salir del país: México es una nación multicultural, con una gran diversidad de religiones y orígenes étnicos.
Sobre todo, en compañías multinacionales es prácticamente un requisito para ingresar y posteriormente crecer, tener la habilidad de trabajar en equipo con personas de diferentes nacionalidades. De hecho, en la vida académica y laboral, la empatía es fundamental para el éxito, esa capacidad de ponernos en el lugar del otro y respetarlo.
Así, te invito a que la próxima ocasión que te encuentres con alguien con una cultura o ideas diferentes, en lugar de evitarlo o ignorarlo recuerda que los contrastes nos enriquecen.
Y si hay algo que confirmo día a día es que tendemos a ver el mundo sólo desde el prisma de nuestra cultura y cuando nos enfrentamos a visiones diferentes a la nuestra hay dos opciones: imponer o comprender.
El mejor ejemplo es lo que me sucedió en mi primera visita a un restaurante en Finlandia: al levantarme de la mesa dejé una propina para el mesero (como lo haría en México), de inmediato, se me advirtió que no era correcto dejar propinas ya que en Finlandia ésto se considera como una ofensa.
De esta forma, con una experiencia tan sencilla, recordé que una de las formas más simples, y a veces más olvidadas, con las cuales podemos aportar nuestro grano de arena es comprender y respetar otras culturas. Y para hacerlo, ni siquiera debemos salir del país: México es una nación multicultural, con una gran diversidad de religiones y orígenes étnicos.
Sobre todo, en compañías multinacionales es prácticamente un requisito para ingresar y posteriormente crecer, tener la habilidad de trabajar en equipo con personas de diferentes nacionalidades. De hecho, en la vida académica y laboral, la empatía es fundamental para el éxito, esa capacidad de ponernos en el lugar del otro y respetarlo.
Así, te invito a que la próxima ocasión que te encuentres con alguien con una cultura o ideas diferentes, en lugar de evitarlo o ignorarlo recuerda que los contrastes nos enriquecen.
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